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martes, 26 de febrero de 2019

UNA ESPECIE DE MONO QUE NO SOLO ALIMENTA A SUS CRÍAS



La práctica de amamantar a las crías de otras hembras se conoce como lactancia alomaterna, y aunque ya la conocíamos, es la primera vez que se registra en primates no americanos (continente en el que sabemos que la lactancia alomaterna se da en prosimios y monos).

Un estudio realizado por un equipo de científicos en el centro de China ha permitido afirmar, tras observar durante años a monos dorados, que el 87% de las crías no amamantaban de sus madres biológicas. Esta práctica fue especialmente fuerte entre hembras que mantenían una relación parental.

Los autores argumentan que probablemente surgió en redes de apoyo, que conseguían incrementar las posibilidades de supervivencia de las crías en ciertos entornos.

Este cuidado se suele dar en los tres primeros meses de vida, aumentando así de manera considerable su capacidad para sobrevivir al invierno. Además, de esta manera, las madres gestantes pueden recuperarse en condiciones de escaso alimento o condiciones meteorológicas extremas. Como es el caso de las monas doradas, que viven en hábitats con inviernos largos y muy fríos. Otras características que pueden contribuir a la lactancia alomaterna son la cantidad de crías por gestación o el tamaño del cerebro.



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