Los investigadores de la Estación Experimental de Zaidín, en
Granada, han utilizado los residuos de la industria del olivar para eliminar
casi por completo del agua los residuos de medicamentos comunes como el
ibuprofeno. Este tipo de productos suelen “escapar” de los métodos
tradicionales de depuración, lo que estaba empezando a suponer un problema ya
que, hasta ahora, la cantidad era prácticamente imperceptible pero, desde hace
unos años, han comenzado a acumularse. Aunque esta agua, tratada y depurada, no
se destina al consumo humano, contamina de todas formas a las personas ya que
se utiliza para regar los campos de regadío. Por tanto, los agentes
contaminantes acaban de todas formas en nuestros cuerpos.
La
técnica utiliza el alperujo (lo que queda de la aceituna al extraer el aceite
de esta) y su vermicompost (el resultado de la descomposición de este) para
retener y degradar, principalmente, tres fármacos: diclofenaco, ibuprofeno y
diclosán. Los microorganismos “capturan” estas moléculas y las descomponen para
eliminarlas del agua. En estos tres fármacos está comprobado que elimina hasta
el 94% de estos compuestos y está en fase de prueba con otro
tipo de fármacos.
Este estudio ofrece nuevas soluciones a los problemas de contaminación de las aguas y, según los expertos, podría ser aplicable a otro tipo de sustancias no solo dentro del agua, sino también en la tierra.
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