Los humanos no somos los únicos
con capacidad de afligirnos como demuestran las últimas observaciones.
Un equipo de primatólogos liderado por el Dian Fossey Gorilla Fund ha
observado por primera vez el comportamiento de un grupo de gorilas de montaña ante
la muerte de un macho dominante y una hembra (a causa de enfermedades) que
pertenecían al grupo. En otro lugar observaron la reacción de un grupo de
gorilas orientales de llanura ante la muerte de un macho que no pertenecía al
grupo.
A diferencia de lo que se esperaba los comportamientos de los dos
grupos son muy parecidos: en los dos casos velaron los cuerpos, a pesar de que
en el segundo no formaba parte del grupo. Ante los cadáveres los gorilas no
solo permanecieron sentados cerca de los fallecidos como señal de duelo, sino
que también fueron a olfatearlos, tocarlos, acicalarlos y lamerlos.
En el caso del primer grupo; un joven macho paso dos días en
contacto con el macho dominante, incluso durmiendo junto a él y uno de los
hijos menores de la hembra fallecida acicaló su cuerpo e incluso intentó ser
amamantado por ella, aunque había sido ya destetado (según los científicos esta
conducta muestra la tristeza por la muerte de la madre).
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