La radioterapia es el uso de radiación para destruir las
células cancerosas y reducir el tamaño de los tumores. En las
últimas décadas ha aumentado la supervivencia de los pacientes con
tumores localizados en la cavidad, ya que en torno a un 50 % de se tratan con
esta terapia.
Sin embargo, la radioterapia intensiva no solo daña a las
células tumorales, sino también a las células intestinales sanas, y puede
desembocar en toxicidad en el intestino en un 60 % de los pacientes sometidos a
ella, además un 10 % de los pacientes que reciben el tratamiento tienen daños
irreversibles después de esta, y desarrollan síndrome gastrointestinal, lo que
conlleva la destrucción del intestino y la muerte.
La clave de este trabajo desarrollado en ratones está
en URI, una proteína de la que aún no se comprenden bien todas sus funciones. En
él, los investigadores han descubierto que unos niveles altos de la
proteína URI protegen a los ratones de los daños intestinales producidos por la
radiación, mientras que niveles bajos o su supresión llevan al desarrollo
de síndrome gastrointestinal y a su fallecimiento.
A pesar de esto, el jefe del Grupo de Factores de
Crecimiento, Nutrientes y Cáncer del Centro Nacional de Investigaciones
Oncológicas (CNIO) que realizaron este trabajo declaró que cuando
los niveles de URI están por encima o por debajo de un umbral puede promover
tumores o proteger contra su desarrollo, así como el de otras enfermedades,
depende mucho del contexto.
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