El Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha
investigado la importancia del agua de riego para ver si influye en los niveles
de contaminación que hay en estas hortalizas: tomates, coliflores, lechugas y
habas. Se han analizado los cultivos cercanos a ambientes contaminantes que se
riegan con el agua del río Llobregat y los próximos al parque natural del Garraf que
se riegan con agua de manantial.
Han llegado a la conclusión de que apenas hay diferencia
entre las distintas fuentes de riego, pero la hortaliza tiene mucho que ver ya
que de las cuatro, la que más contaminantes tiene tanto orgánicos como de
metales pesados es el tomate porque al ser de verano necesita más agua y absorbe
mucha más, por eso sus concentraciones son elevadas. Algunos de los compuestos
encontrados en las hortalizas son: carbamezapina (fármaco anticonvulsivo para
tratar la epilepsia), bisfenol A (presente en los tubos de riego), plomo…, vistos
entre las 33 sustancias orgánicas que se han analizado (plaguicidas, fármacos,
retardantes de llama y productos de industrias que llegan al agua).
Estos niveles de contaminación no perjudican a nuestra
salud, pero la comunidad científica propone investigar más y hacer estudios
respecto a microorganismos que se han encontrado en la salida de las
depuradoras.
Fuente: https://elpais.com/sociedad/2019/02/20/actualidad/1550679037_614185.html
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