Al año 80.000
millones de prendas de ropa nuevas son compradas por todo el mundo, tras pasar
por un proceso de producción que ya lleva mucho tiempo en el punto de mira. En
las aguas residuales de las fábricas donde se fabrican estos productos textiles
de China, India y Bangladesh han sido encontrados varios contaminantes, tales
como el antimonio. Aunque probablemente los compuestos de los tintes sean los
más dañinos para el medioambiente y los más peligrosos para la salud de los
trabajadores de dichas fábricas, pues numerosos estudios han demostrado que estos
compuestos tienen afectos adversos en los trabajadores, incluso pueden llegar a producir daños en el ADN.
Entonces,
una vez que la ropa ya está fabricada la cosa no termina ahí ya que las
sustancias empleadas para su producción no llegan a desaparecer del todo. Un equipo
de la Universidad Rovira i Virgili, en Tarragona, se ha dedicado durante los últimos años a
analizar qué les ocurre a los compradores cuando, tras la producción, utilizan
estos textiles.
José
Luis Domingo, investigador de esta universidad, afirma que aunque casi todos los
productos químicos se enjuagan algunos permanecen y son liberan durante el uso.
La mayoría de problemas están relacionados con reacciones alérgicas de la piel al
usar la ropa, pero
aparte hay más. Ciertas prendas pueden suponer riesgos para la salud, riesgos que no están debidamente recogidos en las legislaciones sobre productos
textiles, como incluso riesgos de cáncer. Por ejemplo, por la piel la sustancia
tóxica puede llegar hasta la sangre y de allí llegar a otros órganos y tejidos.
También es importante remarcar que el riesgo está en cuánto se use la prenda,
ya que no es lo mismo un pijama que una camiseta que te pones una vez a la
semana.
Fuente: https://www.agenciasinc.es/Reportajes/Las-sustancias-quimicas-de-la-ropa-pueden-perjudicar-la-salud
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