¿ESCONDE VIDA LA ANTÁRTIDA?
El proyecto estadounidense SALSA he realizado una expedición hasta alcanzar el lago Mercer en el cual podemos encontrar entornos similares a los lagos u océanos subglaciales de Marte y las lunas de Saturno y Júpiter.
Excavadoras, tractores, contenedores y trabajadores. |
En diciembre de 2017, gracias al proyecto SALSA (Subglacial Antarctic Lakes Scientific Access) creado en Estados Unidos, se inició una expedición de unos 1.046 km para alcanzar el lago Mercer, uno de los lagos más profundos explorados en la Antártida. El líder de la expedición, el científico Jhon Priscu, afirma que el lago Mercer junto a los organismos que habitan en él, han estado totalmente aislados del exterior desde hace más de 100.000 años. Este posee una profundidad de más de 15 metros y una superficie mayor que la que ocupa la ciudad de Barcelona.
Esta expedición dio comienzo concretamente el pasado 26 de Noviembre, junto a una caravana cargada de excavadoras, tractores y contenedores instalados sobre trineos los cuales, tras realiza un largo recorrido desde la base antártica de McMurdo y llegar al dicho lago, comenzaron a construir una pista de aterrizaje para unos aviones que próximamente transportarían a unas 50 personas, entre montañeros, militares, científicos... Estos consiguieron alcanzar las aguas del Mercer tras derretir unas 28 toneladas de hielo con la ayuda de una perforadora. De él sacaron 60 litros de agua y 5 metros de columnas de sedimento, contando con que la presión del lago es 100 veces mayor que la de la superficie.
Imagen de la perforación y burbujas. |
Las primeras muestras que se han analizado del lago indican que en cada mililitro de agua se pueden encontrar más de 10.000 microbios. Los exploradores se toparon con unas burbujas, un gas (no identificado) al extraer el sedimento encontrado en el lago, lo que puede explicar el metabolismo de los microbios encontrados, ya que en vez de realizar la fotosíntesis con la energía solar la realizan ingiriendo los minerales de las rocas.
Próximamente las muestras extraídas se llevaran a Estados Unidos para poder investigar su ADN y utilizarlas para hacer experimentos con ellas,
“Ha sido como un aterrizaje en la Luna”, explica Bob Zook, uno de los ingenieros de la investigación.
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